El edificio actual tiene un gran significado histórico, ya que fue aquí donde funcionó el primer colegio de institución pública del país que abrió sus puertas en Ibatín y luego, con el traslado de la ciudad a la Toma, los Jesuitas tuvieron la necesidad de llevar el colegio y la capilla al actual emplazamiento. Por el alto contenido histórico que este lugar encierra fue declarado Monumento Provincial por la Cámara de Diputados en 1944, y José María Paz, al frente del Centro Azucarero Regional, logró que fuera declarado Monumento Histórico Nacional debido a que se cultivó por primera vez en Tucumán la caña de azúcar por los padres Jesuitas para consumo propio.